¿Qué es una persona tóxica? ¿Cómo la podemos identificar? ¿Cómo actúa en un entorno social?
Una persona tóxica no te tiene en cuenta nunca, no te respeta y no te escucha; es una persona que actúa pensando que sus ideas se corresponden a la realidad.
¿Cómo puedes reconocer a las personas tóxicas?
Su discurso de vida está construido sobre la queja permanente, el pesimismo, la negatividad, con un rol de victima que supera el escenario de una situación puntual, es algo que es sistemático y forma parte del repertorio de su conducta habitual.
La convivencia con este perfil de persona puede llegar a ser extremadamente complejo, muy desgastante tanto psicológica como físicamente. Este tipo de persona, con el tiempo, terminará de destruir nuestra vida, o generará un nivel de conflictividad laboral que trascenderá de lo meramente laboral. Por eso, el primer paso para ponerle fin a ese tipo de relación, consiste en ser conscientes de que se trata de una persona tóxica.
Sus principales características que podríamos identificar, entre otras:
Negativos: Son personas que se centran siempre en el lado negativo de las cosas, en una visión del futuro sin salida, sin solución, que se retroalimenta a sí mismo con una justificación que parte de una objetividad inexistente.
Egoístas: Generalmente, aunque parece que se preocupan por ti, realmente no tiene en cuenta tus sentimientos ni tienen un mínimo de empatía y convierten el conocimiento que tienen de ti, en su principal arma arrojadiza. Su prioridad en ella en sí misma, ocultando esta finalidad a través de la participación en actividades de alto reconocimiento social o religiosas.
Agresivos: Siempre está atacando directamente los defectos de la persona con la que establece la relación a quien critica, aunque objetivamente no exista motivo alguno. Le atribuye la responsabilidad de las consecuencias negativas de su vida, de sus pensamientos recurrentes. Las principales críticas se centran en acusaciones de falta de honestidad, de la mentira, de intereses ocultos que no sabe, obviamente justificar. Una persona que siempre esté dispuesta a señalar tus errores y defectos, que siempre tiene la crítica preparada, pero que no reconoce tus logros y aptitudes, es una persona tóxica que, en vez de ofrecer apoyo intentará minará la autoestima y autoconfianza.
Generadores de la duda permanente: Solo cuenta contigo para transmitirte sus pensamientos negativos, dudas, acusaciones hacia terceros, e incluso te hace responsable de su problema en base a un razonamiento incoherente y sin sentido. Nunca escucha, ni deja hablar, e incluso la participación en la conversación exacerba actitud negativa llegando a ser agresiva e incluso violenta.
Manipuladores: Permanentemente quieren tener información sobre tu persona, tu actividad, sobre tus emociones en relación a cualquier persona o proyecto. Esta información la interiorizan como futuras amenazas, y lo que aparentemente piensas que es una conversación habitual, se convierte en una palanca de intromisiones y opiniones descalificadoras, llenas de dudas y que traspasan continuamente los límites de la convivencia. Invaden tu espacio personal e intentan destruir cualquier relación que tengas con terceros para aislarte. Gestionan perfectamente la agresión psicológica, verbal y traspasar los límites, combinándolas con detención inmediata de esta situación si ven peligrar su estrategia o las consecuencias de la misma. Son personas con una alta capacidad intrusiva, agresivas y que buscan los momentos más críticos o situaciones en donde no puedes responder para lanzar sus ataques.
Constantes: Son personas que te presionan para que realices actividades, tareas o proyectos con los que no te sientes conforme o son innecesarios o absurdos. Las personas tóxicas son profundamente egoístas, por lo que no suelen tener reparos para presionarte y recurrir al chantaje emocional con tal de lograr su objetivo. Únicamente vela por sus intereses y nunca está dispuesta a dar su brazo a torcer, por lo que recurre a la manipulación para presionarte y lograr que tomes decisiones que van en contra de tus valores, necesidades y deseos; presionando continuamente.
Provocadores: Las personas tóxicas tienen la tendencia a dirigirse a ti de forma provocadora y malintencionada, una actitud que no pueden controlar. Son personas dogmáticas y con una alta falta de autoestima. Ante la presencia de terceras personas cambian de actitud radicalmente mostrándose conciliadoras y amables. Un auténtico desdoblamiento de la personalidad a través del que buscan el reconocimiento social y la aprobación social como personas empáticas.
Un discurso de auténtica defensa de su yo social ante la posibilidad de que la persona “acosada psicológicamente” pueda ser creíble en un entorno social abierto.Un sistema de protección que en muchos casos, favorece que la persona que la sufre pierda su equilibrio emocional.
Desconfiados: Son personas que manifiestan una actitud y duda permanente hacia tu persona y todo lo que te rodea, con el único objetivo de sembrar una sensación de desconfianza y una tensión psicológica permanente. Son sujetos con miedo patológico hacia todo, desconfían de todo y el control de la situación se les hace imposible, por lo que siempre intentarán criticar o atacar iniciativas emprendedoras, o simplemente cualquier sueño o idea que esté fuera del máximo control. Su zona de confort es su zona de protección y la gestiona mediante el control de los demás y el chantaje emocional.
Irresponsables: Son personas que se piensan que están con la posesión de verdad absoluta y no asumen ninguna responsabilidad derivada de sus conductas. La responsabilidad de todo está fuera, en el agredido emocionalmente o en cualquiera que pertenezca a su entorno: amigos, compañeros de trabajo, familia, etc. En ningún caso, aun siendo conscientes de su responsabilidad nunca la reconocerán en público. Generan un clima difamatorio social para apoyar cualquier posible conducta de respuesta negativa hacia su persona.
Inmóviles: Son personas con una alta resistencia al cambio y aceptación de que la realidad es cambiante. Pueden verbalizar su disposición a abandonar esa actitud tóxica, negativa y llena de odio y rencor, pero la realidad es que no deja de ser una maniobra más de supervivencia, de reposicionamiento para establecer un modelo alternativo de manipulación. Mientras aceptes ser manipulado, extorsionado emocionalmente, mostrar obediencia y sumisión todo irá “bien”. La decisión es tuya.
Francisco García Cerrato
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