¿Por qué he dejado de valorarme y quererme a mí mismo? ¿Por qué no tiene sentido la vida para mí?
Esto es debido a diferentes factores. La autoestima hace referencia a la percepción que tenemos de nosotros mismos, y esta percepción y emoción vinculada son los que condicionan la forma en que interpretamos y valoramos la realidad.
La percepción de la realidad es reinterpretada por el filtro del autoconcepto que tenemos de nosotros mismos, lo que no tiene porqué ajustarse ni de lejos a la importancia o significado percibido de esa realidad especifica.
Percepción y sentimientos
La falta de autoestima, viene determinada por una falta de seguridad en sí mimo, sentirse inferior y menos valorado por los demás. No sentirse merecedor de reconocimiento, ni del éxito. Falta de seguridad en la capacidad de conseguir los objetivos, ejecutar las tareas,
Habitualmente la falta de confianza nos lleva a tener una necesidad imperiosa de reconocimiento personal, que cuando no llega agudiza la desesperación, el desasosiego e incluso la irritabilidad y enfrentamiento personal con las personas con quien nos relacionamos. La culpabilidad y la infelicidad invaden su vida.
Todo esto nos lleva, a que la falta de confianza nos lleva a no intentarlo, a abandonar o no ser constante en el proceso de ejecución de cualquier conducta para finalizar cualquier tarea o proyecto. Ese pensamiento y actitud favorecen, a la vez que refuerzan la falta de éxito y alentar el fracaso, y el fracaso lleva al fracaso y a reforzar aún más si cabe una mayor falta de confianza en sí mismo; el pez que se muerde la cola… Este círculo envenenado es el que hay que romper si no queremos caer en un proceso depresivo y de abandono personal.
Estos son algunos de los síntomas que muestran las personas con una baja autoestima, que puede ser leve o extrema.
También es normal que en algún momento de la vida tengamos estos sentimientos. Son patológicos o graves en el momento que realmente afectan a la salud física y mental.
¿Puedo hacer algo por mejorar mi autoestima?
Obviamente que sí.
Podemos hacer tomar dos decisiones, no hacer nada y vivir en nuestro submundo de autocomplacencia, pena e infelicidad o cambiar de actitud, salir de esta espiral y ser feliz.
Mejorar estas condiciones puedes afrontarlas solo, apoyado por alguien que te acompañe en este proceso o con la ayuda de un profesional. Opciones todas válidas en la medida que hagan que consigas tus objetivos.
Cambiar de estado representa cambiar de hábitos y actitudes, y para esto hay que asumir que no es inmediato, que cambiar no garantiza de forma inmediata los resultados y que la constancia es clave para conseguir los resultados.
Los cambios de hábitos y su traducción en conductas y pensamientos efectivos son idénticamente comparables con un cambio en la forma física de una persona. Por ir una vez al gimnasio no cambiamos la forma física. Todo requiere esfuerzo, constancia, asumir que requiere tiempo y la focalización de nuestra actividad en conseguir los objetivos que perseguimos.
Que estrategias debemos de seguir:
- Tenemos que asumir que estamos en un estado que tiene solución y esforzarnos en cortar los pensamientos negativos.
- Dejar de verbalizar frases negativas en relación a nuestra persona.
- Identificar las cosas buenas que tenemos a nuestro alrededor.
- Focalizar nuestra atención en los progresos por pequeños que sean y en los éxitos que tenemos.
- Empezar a pensar en positivo, y para eso no hay que esperar. El momento es a partir de ya.
- Ponernos metas realistas, fáciles de conseguir y empezar a racionalizar que el fracaso no es otra cosa que un resultado adverso. No hay éxito sin esfuerzo, y el fracaso no es negativo, forma parte del aprendizaje, y sin duda alguna forma parte del éxito. El que nada hace, nunca se equivoca; y no hacer nada es tomar decisión que tiene sus consecuencias.
- Olvídate de las comparaciones, y focalízate en ti mismo, en tu objetivo, en las actividades que tienes que realizar para conseguirlo y en la ejecución de los mismos. De esta forma aislaremos la presión social y mejoraremos la ejecución de nuestras conductas.
- Analiza los resultados de una forma constructiva y toma decisiones correctivas para mejorar los resultados. Hay que ser sistemático y concreto. La dispersión y la distracción van a ser nuestros principales enemigos.
- Rodéate de personas positivas, de personas proactivas y con actitudes valientes. No busques la complacencia y ni mucho menos la culpabilidad.
- Trátate a ti mismo con respeto y escucha cualquier crítica de una forma constructiva. Es importante evitar la valoración emocional y objetivar cual es el siguiente paso para conseguir tus objetivos personales y ser feliz.
- Cada vez que tengas un pequeño éxito, refuérzalos con comentarios positivos, con algún regalo del tipo que sea, un buen comentario, un “lo he conseguido”, “esto funciona y voy a conseguirlo”, o incluso un regalo real, por simbólico y pequeño que sea.
- Que todo esto no se convierta en una obsesión, sino en una actitud que nos lleve a un cambio efectivo de los hábitos actuales. La repetición sistemática de estas actitudes y disposiciones, como de la realización de tareas encaminadas a ese cambio de situación es lo que hará que se interioricen este repertorio de conductas en nuestra forma de ser.
- Insiste, insiste e insiste en esta actitud y aprende de ti mismo. Atrévete a ser tu mismo.
- Plantea con optimismo el ahora y el mañana, con el pasado ya no se puede hacer nada. Está claro que todo no va a ser fácil, pero todo depende de ti. El miedo a no tomar una buena decisión siempre estará ahí, pero el gestionarlo sin que sea nuestro enemigo va a ser la clave.
Una de las claves para desarrollarnos como personas es realizarnos en base a actividades que nos supongan un reto divertido y apasionante. Desarrollar nuestro potencial tiene que ser un objetivo de cada día. No queramos ser otra persona.
Teorías como la de las Inteligencias Múltiples de Gardner, no explican que cada uno de nosotros tenemos “talentos naturales” que nos hacen diferentes y que puede mejorarse si nos lo proponemos. Un potencial que atesoramos y que potenciados van a mejorar nuestra autoestima, nuestra autoeficacia.
De ti depende tener una vida gris y llena de infelicidad o de ser una persona positiva, feliz y eficaz en todo lo que te propongas.
“Muchas personas sobrevaloran lo que no son e infravaloran lo que son”
Malcolm S. Forbes.
Francisco García Cerrato
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