El desarrollo de las competencias emocionales son un aspecto muy importante para los individuos en su desarrollo personal y su dominio favorece un afrontamiento a las circunstancias de la vida con mayores probabilidades de éxito.
Entre los aspectos que se ven favorecidos por las competencias emocionales están los procesos de aprendizaje, las relaciones interpersonales, la solución de problemas, la consecución y mantenimiento de un puesto de trabajo, y todo aquello con lo que representa vivir en este entorno complejo y cambiante.
En este artículo tiene por objetivo hacer reflexión sobre cuáles deberían ser nuestros objetivos y estrategias para mejorar la calidad de vida personal y social a través del desarrollo emocional. En pocas palabras como mejorar para ser más felices.
Partimos de tres aspectos u objetivos a plantearnos:
En primer lugar, es fundamental desarrollar habilidades de autoconciencia y autogestión para lograr el éxito en los diferentes aspectos de nuestra vida, y esto pasa por:
- Identificar y regular las propias emociones y comportamientos.
- Reconocer las cualidades personales y los apoyos externos.
En segundo lugar, gestionar la conciencia social y las habilidades interpersonales para establecer y mantener relaciones positivas y efectivas:
- Reconocer los sentimientos y perspectivas de otras personas.
- Reconocer las similitudes y diferencias entre individuos y grupos.
- Utilizar habilidades de comunicación y competencias sociales para interactuar de forma efectiva con los demás.
Y en tercer lugar, poner en valor las habilidades de toma de decisiones y comportamientos responsables en contextos personales y sociales:
- Considerar factores éticos, de seguridad y sociales al tomar decisiones.
- Aplicar habilidades de toma de decisiones para tratar con responsabilidad las situaciones académicas y sociales cotidianas.
- Contribuir al bien común social, del grupo o del equipo.
Si tuviésemos que hacer un listado de qué competencias emocionales son las que tenemos que trabajar, ser consciente o al menos pensar que pueden influir en nuestra estructura de toma de decisiones podíamos hablar de:
- Toma de conciencia de los sentimientos: capacidad para percibir con precisión los propios sentimientos y etiquetarlos.
- Manejo de los sentimientos: capacidad para regular los propios sentimientos.
- Tener en cuenta la perspectiva: capacidad para percibir con precisión el punto de vista de los demás.
- Análisis de normas sociales: capacidad para evaluar críticamente los mensajes sociales, culturales y de los mass media, relativos a normas sociales y comportamientos personales.
- Sentido constructivo del yo: sentirse optimista y fuerte al afrontar los retos diarios.
- Responsabilidad: intención de implicarse en comportamientos seguros, saludables y éticos.
- Cuidado: intención de ser bueno, justo, caritativo y compasivo.
- Respeto por los demás: intención de aceptar y apreciar las diferencias individuales y grupales y valorar los derechos de todas las personas.
- Identificación de problemas: capacidad para identificar situaciones que requieren una solución o decisión y evaluar riesgos, barreras y recursos.
- Fijar objetivos adaptativos: capacidad para fijar metas positivas y realistas.
- Solución de problemas: capacidad para desarrollar soluciones positivas e informadas a los problemas.
- Comunicación receptiva: capacidad para atender a los demás tanto en la comunicación verbal como no verbal para recibir los mensajes con precisión.
- Comunicación expresiva: capacidad para iniciar y mantener conversaciones, expresar los propios pensamientos y sentimientos con claridad, tanto en comunicación verbal como no verbal, y demostrar a los demás que han sido bien comprendidos.
- Cooperación: capacidad para aguardar turno y compartir en situaciones diádicas y de grupo.
- Negociación: capacidad para resolver conflictos en paz, considerando la perspectiva y los sentimientos de los demás.
- Negativa: capacidad para decir “no” claramente y mantenerlo para evitar situaciones en las cuales uno puede verse presionado y demorar la respuesta bajo presión, hasta sentirse adecuadamente preparado.
- Buscar ayuda: capacidad para identificar la necesidad de apoyo y asistencia y acceder a los recursos disponibles apropiados.
- Conciencia de que la estructura y naturaleza de las relaciones vienen definidas por diferentes aspectos.
- Sentimiento de autoeficacia emocional.
- Capacidad para implicarse empáticamente en las experiencias emocionales de los demás.
La cuestión es: si hacemos una reflexión de autoevaluación de donde estamos en cada punto y donde nos gustarías estar, ¿vale la pena hacer un esfuerzo para ser más feliz?
“Muchos de los fracasos vitales son de gente que no se dieron cuenta lo cerca que estaban del éxito cuando se rindieron”
Thomas A. Edison
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